La Corte Suprema del estado de Washington declaró el jueves inconstitucional la pena de muerte, considerando que era aplicada de manera "arbitraria" y "racista", con lo que el castigo capital sigue su retroceso en Estados Unidos.

En el noroeste de Estados Unidos, el estado de Washington, que no ha procedido a ninguna ejecución desde 2010, se convierte así en el vigésimo estado que prohíbe la pena capital.

La pena de muerte no es inconstitucional "per se", pero es "inválida porque se aplica de una manera arbitraria y con un prejuicio racista", estimó el máximo tribunal en un fallo unánime.

Para los jueces, su uso varia "según el lugar del crimen, el condado de residencia o los recursos presupuestarios (del tribunal) disponibles y la raza del acusado".

"Como es aplicada en nuestro estado, la pena de muerte no persigue ningún objetivo legítimo. Por lo tanto, viola la Constitución", concluyeron los magistrados antes de convertir en cadenas perpetuas todas las sentencias a muerte decididas en el estado.

Según el Centro de información sobre pena de muerte, una ONG, la decisión afecta a ocho detenidos.

La Corte Suprema del estado de Washington había tomado el caso de Allen Eugene Gregory, condenado a la pena capital por la violación y homicidio de una mujer en 1996.

El gobernador de Washington, el demócrata Jay Inslee, que había decretado una moratoria a las ejecuciones en 2014, celebró el jueves la decisión de la corte.

"Este es un momento extremadamente importante en nuestra búsqueda por una justicia equitativa y justa", declaró.

La pena capital está en retroceso en Estados Unidos, donde solo 39 acusados fueron sentenciados a muerte en 2017, contra 295 en 1998 o 114 en 2010.

En los 30 estados donde la pena de muerte es permitida, 16 no han llevado a cabo ninguna ejecución desde 1976. Este año 18 detenidos han sido ejecutados, diez de ellos en Texas